He pensado que
lo mejor era empezar justificando el nombre que escogí para el blog. Debo
reconocer que parece que esto de la imaginación se atrofie, tardé mucho –y
cuando digo mucho, digo penosamente demasiado- en escogerlo. Al final, como las
cosas más definitivas, apareció en mi cabeza como si llevara tiempo allí,
bailando, esperándome.
La tinta
parece volátil, sencilla. Homogénea, incluso dulce. Parece de todo menos… Eterna.
Cae una gota sobre un pergamino y ya nunca la voy a poder borrar. Es ideal para
describir aquellos pensamientos más profundos, los que nos comen por dentro.
Los que nos quitan el sueño y nos lanzan sobre el abismo de una cavilación sin
final. Los que permanecen aunque nos parezcan olvidados. Los que tememos y
amamos a la vez.
El marfil,
material precioso. Color pergamino y origen misterioso. Más delicado de lo que
ya parece ser, infravalorada su escasez. Si algo es escaso, tiene valor. Eso
nos enseña la experiencia, la lógica y también aquellas clases de economía que
tanto me gustaban. Si escribo con tinta, mejor que sea sobre material preciado.
Preciado y precioso, como una buena reflexión, un enfoque nuevo. Aprender sobre
las cosas más importantes y también sobre las más sencillas, las que no
despiertan curiosidad en nadie, o en casi nadie.
Así pues, pensé
que “De tinta y marfil” era lo que mejor podía describir lo que quiero de este
blog. Anécdotas, pensamientos o lo que a la mente le plazca presentar, todo
puede estar hecho de tinta y marfil, así lo sueño yo. Así lo sueña esta pequeña
pensadora a la que algunos llaman Bells.
Muy bien Bells, me encanta lo que escribes
ResponderEliminarBells... y algunos Geme ;) m'agrada m'agrada! Esperant el pròxim Post!
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